"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;" 2 Pedro 1:19

lunes, 17 de julio de 2017

LO MÁS VALIOSO DEL MUNDO

"Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró." Mateo 13:44-46

Hay cosas que para algunas personas son muy atractivas y valiosas, sin embargo para otras personas, esas mismas cosas no les despiertan ningún interés.
El valor de las cosas generalmente es subjetivo, depende de lo que cada quien tenga en su corazón ("donde esté vuestro tesoro, ahí estará también vuestro corazón"). 

El oro, por ejemplo, no tiene ningún valor intrínseco.  Una moneda sólo tiene valor porque nosotros, como sociedad, decidimos y confiamos que lo tiene.

Se dice que en el año 1973, mientra que Richard Nixon era Presidente de Estados Unidos, se decidió cortar toda relación entre el oro y el dolar americano, ya que no había suficiente oro en estados Unidos para respaldar la cantidad de dólares que se habían impreso.  De ahí en adelante, todas las principales monedas son fiduciarias, esto significa que la ley es la que obliga a aceptarlas como pago, no porque estén hechas de algún material precioso, sino solo por una promesa.

¿Qué tiene valor para ti? ¿Qué es lo que consideras más precioso?
El llamado de Dios se dirige a la voluntad del hombre, sin embargo, la voluntad del hombre en su estado natural (sin el nuevo nacimiento) está atrofiada por el pecado, y no desea a Dios ("Y no queréis venir a mi, para que tengáis vida, Juan 5:40). 
Ninguna persona desea a Dios naturalmente (No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios Romanos 3:11).  La naturaleza pecaminosa del hombre mantiene su corazón inclinado hacia lo malo.  No desea a Dios, sino que desea lo malo.  No es totalmente libre, porque está inclinado al mal, a causa de su naturaleza pecaminosa.  
Pero cuando Dios se revela al hombre en toda su gloria, lo que antes no le interesaba ahora cautiva su corazón. La tosca y tenebrosa cruz ahora es preciosa, las palabras que antes eran desagradables ahora son el Evangelio de Gracia y salvación.  
"Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso;..." (1 Pedro 2:7).
La hermosura de Cristo que ahora podemos ver, hace que todo lo demás se vea opaco y pierda su valor, por lo tanto, estamos dispuestos a abandonarlo todo con tal de ganar a Cristo.

jueves, 6 de julio de 2017

DEVOCIONAL - Por una simple calabacera

El enojo se ve como un elemento predominante en el carácter de Jonás.  Cuando Jonás se enoja con Dios porque no destruyó a Nínive, él dice algo así como "yo sabía que no los ibas a destruir, por eso que no quería ir a Nínive".   Una de las cosas que provocan enojo y queja en nosotros es cuando las cosas no salen como nosotros queremos o como pensamos que son correctas, justas o lógicas.  
Bueno, tal vez sea comprensible que se haya enojado por algo así, porque se vio comprometido su orgullo.  Dios le mandó a decir algo que finalmente no ocurrió: la destrucción de Nínive.  Pero parece absurdo que se haya enojado por una simple planta de calabazas.  Ahora bien, no nos fijemos tanto en las supuestas causas del enojo, como en el pecado mismo del enojo.  Cuando hay un pecado predominante en el carácter de una persona, la causa es lo de menos.  Jonás podría arder en ira si se mancha la túnica con salsa de tomates mientras come fideos, o si se le cae el pan con mantequilla justo hacia abajo.                             
Ahora, tampoco seamos tan injustos con Jonás, y veamos la importancia de la calabacera en ese momento.  Se encontraba en un lugar caluroso y con escasa sombra.  Resulta que de pronto Dios hace aparecer una planta que le da suficiente sombra para sentirse aliviado del calor.  Pero justo cuando se sentía tan aliviado de un calor probablemente sofocante (hoy hacen 46° en Mosul que es lo que era Nínive, sin nada de lluvia, bajisima humedad y un viento escaso), entonces se entiende un poco más el enojo de Jonás cuando de un momento a otro, la calabacera se seca.  O sea, eso era lo grave del asunto.  Súmale a eso, que además de las condiciones climáticas naturales del lugar, Dios preparó un viento solano (¿has estado en María Elena a las 3 de la tarde en Noviembre por ejemplo? Yo sí
), es un viento caliente.  El sol hirió la cabeza de Jonás (cap. 4 vs. 8), o sea que tuvo una quemadura.
Dios llamó la atención de Jonás con algo que era grave para él, y usó esa situación molesta e incómoda para hacerlo pensar en Nínive y sus habitantes.  Si él se preocupó de que una simple calabacera se secara, acaso ¿Dios no se preocuparía de una ciudad llena de almas ignorantes y sin conocimiento espiritual?
Dios usó ese pecado o tendencia a la ira de Jonás para hacerle entender algo importante para su carácter, el desarrollo de su ministerio como profeta y su alma.