“Si
alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra,
ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado
por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los
siglos. Amén.” 1 Pedro 4:11
¿Y
si la Biblia tuviera columna vertebral y pudiera pararse de tu velador, de tu
escritorio o del púlpito de tu iglesia? ¿Si tuviera pies y pudiera trasladarse
donde quisiera? ¿Si tuviera boca y pudiera emitir sonidos y pudiera darse a
entender en nuestro idioma? ¿Cómo predicaría?
Muchas
veces hemos recibido este consejo: “Cuando estés en cierta situación, o tengas
que tomar una decisión, pregúntate: ¿Qué haría Jesús?”
Tal
vez sería bueno que agregáramos esta ilustración que en el fondo quiere decir
lo mismo: “Si tu Biblia pudiera hacerlo: ¿Cómo predicaría?”
El
hecho es que la Biblia sí puede hablarnos, pero nosotros la ignoramos. En cuanto al Evangelismo, hace
aproximadamente un siglo hemos estado adoptando métodos humanos y razonamientos
modernistas para evangelizar, pero hemos ignorado a la Biblia, que es la
Palabra de Dios.
¿Por
qué no decidimos algo? Ya que la Biblia
no tiene columna y no puede levantarse, ¡que tenga la mía! Ya que no tiene pies
para trasladarse donde quiera, ¡que tenga los míos!, ya que no tiene boca para
emitir su contenido audíblemente, ¡que tenga la mía!
Sería
bueno que, en el mejor sentido de la palabra, resolvamos ser “una Biblia con
patas”. No para estar llenos de datos
que sólo aumentarán nuestro orgullo, sino para hablar realmente la Palabra de
Dios a todos los hombres.
Es
hora de volver a la Biblia, sin ninguna duda, ES HORA DE VOLVER.
Por
Fernando García O.
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