Considere y conozca el maravilloso amor y la misericordia de Dios, y piense en todo lo que Él ha hecho por usted, y usted odiará el pecado, y se avergonzará de Él. Es un pecado grave, incluso para el sentido común y la ingenuidad, que debamos ofender a un Dios de bondad infinita que llenó nuestras vidas de misericordia. Usted será afligido si ha dañado a un amigo extraordinario; su amor y su bondad vendrán a sus pensamientos y sentirá rabia de su propia maldad. Por un lado verá la gran lista de las misericordias de Dios hacia usted, hacia su alma y cuerpo. Por otro lado verá a satanás, escondiendo de usted el amor de Dios, y tentándole bajo pretensión de humildad, intentando negar Su gran y especial misericordia; procurando destruir también su arrepentimiento y humillación escondiendo también la gravedad de su pecado.
"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;" 2 Pedro 1:19
lunes, 30 de noviembre de 2015
viernes, 27 de noviembre de 2015
ORIENTACIONES PARA ODIAR EL PECADO. Por Richard Baxter - Directriz N° 3
Piense bien cuán santa es la obra y trabajo del Espíritu Santo, y cuan grande misericordia es esto para nosotros. ¿Va Dios mismo, la luz celestial, hacia un corazón pecaminoso para iluminarlo y purificarlo? ¿Y todavía debo mantener mi oscuridad y corrupción, en oposición a esa maravillosa misericordia? Aunque no todo pecado contra el Espíritu Santo es una blasfemia imperdonable, todo se agrava aún más por medio de eso.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
ORIENTACIONES PARA ODIAR EL PECADO por Richard Baxter. Directriz N° 2
Tenga bien considerado el sacrificio de Cristo, su sangre derramada y su vida santa. Su trabajo es expiar el pecado y destruirlo. Su sangre fue derramada por éste. Su vida lo condenó. Ame Usted a Cristo y odiará aquello que causó su muerte. Ame a Cristo y usted anhelará ser hecho a su imagen, y odiará aquello que tan contrario es a Él.
miércoles, 11 de noviembre de 2015
ORIENTACIONES PARA ODIAR EL PECADO por Richard Baxter. Directriz N° 1
1. Debo esforzarme tanto por conocer a Dios
como para ser CONMOVIDO por sus atributos, por su santidad, por su amor, su
gracia, su justicia, su ira, su bondad, paciencia y misericordia. Es tan santo, tan ajeno al pecado, a pesar de
eso, me ama a tal grado que dio a su Hijo Jesús para salvarme. Su gracia es tan grande porque no me ha
pagado de acuerdo a los males que he hecho y todo el pecado que he cometido en su
contra. Es tan bueno y paciente para con
mi vida, y cada día puedo ver su misericordia rodeándome.
Debo vivir siempre delante de Él, no huir de su
presencia ni pretender que no está en algún lugar, no olvidar que me ve en todo
momento, ni ignorar que continuamente me escudriña y sabe todo lo que pienso y
siento.
Nadie puede conocer el pecado perfectamente
porque nadie puede conocer a Dios perfectamente. No puedo conocer el pecado más de lo que
conozco a Dios, contra quien peco. La
maldad formal del pecado es relativa, pues es contra la voluntad y los
atributos de Dios. El hombre piadoso
tiene algún conocimiento de la maldad del pecado porque él tiene algún
conocimiento del Dios que es ofendido por éste.
El impío no tiene un conocimiento práctico y
prevaleciente de la maldad del pecado porque él no tiene un conocimiento de
Dios. Aquellos que temen a Dios temerán
al pecado; aquellos que en sus corazones son irreverentes e impertinentes para
con Dios, harán, en sus corazones y en sus vidas, lo mismo para con el pecado;
el ateísta, que piensa que Dios no existe, también piensa que no hay pecado
contra Él. Nada en el mundo entero nos
mostrará de forma tan simple y poderosa la maldad del pecado, tanto como el
conocimiento de la grandeza, bondad, sabiduría, santidad, autoridad, justicia,
verdad, etc, de Dios. Por tanto, el
sentir su presencia hará que también sintamos la maldad del pecado.
lunes, 2 de noviembre de 2015
EL LEGADO DE LOS REFORMADORES
Los reformadores nos dejaron bases firmes. Estas bases son firmes no porque las hayan
inventado hombres muy intelectuales, sino que su fuerza y firmeza emana de las
Escrituras. Por sobre todo, lo que los
reformadores nos enseñaron fue la necesidad de ser fieles a lo que dice la Biblia
por sobre las opiniones e imposiciones humanas.
Ellos formularon algunos lemas en latín
conocidos como las CINCO SOLA DE LA REFORMA:
1. Sola Scriptura (Sólo por medio de la Escritura) :
Sola Scriptura enseña que sólo la Biblia es la Palabra de Dios, la única regla
de fe inspirada por Dios. La única
fuente de doctrina cristiana, y que es accesible para todos, capaz de ser
entendida con claridad. Es la única
fuente de donde los cristianos podemos obtener verdadera luz y guía. La Biblia se puede interpretar por medio de
ella misma. Las enseñanzas tradicionales del catolicismo que dice que la Biblia
sólo se puede interpretar fielmente a través de la tradición apostólica,
representada por el Magisterio (los obispos y el Papa). (Isaías 8:20)
2. Sola Fide (Sólo por la fe Dios salva) : Es la
enseñanza que dice que la justificación (ser declarado justo o inocente por
Dios), se recibe sólo por la fe, sin ninguna mezcla con buenas obras, aunque se
puede comprobar que hay fe a través de las buenas obras. La formula sería: “La fe produce
justificación y buenas obras”, contraria a la fórmula católica : “fe y buenas
obras producen justificación”. (Romanos
1:17)
3. Sola Gratia (Sólo por Gracia): Esta doctrina
sostiene que la salvación viene sólo por la gracia divina, es decir, por un
favor inmerecido, no como algo que el pecador haya conseguido por sus propios
méritos. (Efesios 2:8)
4. Solus Christus (Sólo Cristo o Sólo a través de
Cristo) : Este lema enseña que Jesucristo es el único mediador entre Dios y el
hombre, y que no hay salvación por medio de ningún otro. Ni santos, ni el papa,
ni la iglesia como institución. (1 Timoteo 2:5)
5. Soli Deo Gloria (Sólo a Dios la Gloria) : Soli Deo
Gloria enseña que toda la gloria es sólo para Dios, puesto que la salvación
sólo se lleva a cabo a través de su voluntad y acción; no sólo el don de la
redención de Jesús en la cruz, sino también el don de la fe en esa redención,
creada en el corazón del creyente por el Espíritu Santo. (Romanos 11:36).
Sola Scriptura -Sola Fide - Sola Gratia
Solus Christus
Soli Deo Gloria
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