Considere y conozca el maravilloso amor y la misericordia de Dios, y piense en todo lo que Él ha hecho por usted, y usted odiará el pecado, y se avergonzará de Él. Es un pecado grave, incluso para el sentido común y la ingenuidad, que debamos ofender a un Dios de bondad infinita que llenó nuestras vidas de misericordia. Usted será afligido si ha dañado a un amigo extraordinario; su amor y su bondad vendrán a sus pensamientos y sentirá rabia de su propia maldad. Por un lado verá la gran lista de las misericordias de Dios hacia usted, hacia su alma y cuerpo. Por otro lado verá a satanás, escondiendo de usted el amor de Dios, y tentándole bajo pretensión de humildad, intentando negar Su gran y especial misericordia; procurando destruir también su arrepentimiento y humillación escondiendo también la gravedad de su pecado.
"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;" 2 Pedro 1:19
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