"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;" 2 Pedro 1:19

miércoles, 30 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - 4 Marcas de una iglesia viva (parte 2)

3. Adoración, oración y reverencia.
Y perseverando unánimes cada día en el templo,  y partiendo el pan en las casas, 
comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios,  y teniendo favor con
todo el pueblo.  (Hechos 2:46-47).
Se reúnen, se congregan, esto es vital para los creyentes. Perseverando unánimes.  Hay una comunidad que persevera.  Perseveran juntos, se apoyan mutuamente, se animan, se enseñan, se impulsan entre sí a las buenas obras.    Todos estos beneficios se reciben al ser parte de una comunidad.  El compañerismo es beneficioso, lo fue para la iglesia primitiva, y puede serlo hoy para nosotros también.  Es cierto que nuestra principal motivación de reunirnos debe ser el tener una comunión y un encuentro especial con Dios, pero también debe motivarnos la comunión con nuestros hermanos.  Actualmente para el hombre natural se ha vuelto muy difícil formar comunidades, porque las sociedades (sea por asuntos culturales o socio-económicos) tienden al individualismo.   Esto también ha afectado a la iglesia. 
Partir el pan, podemos verlo como parte de la adoración, ya que podemos tomarlo como una referencia a la Cena del Señor.  También se sugiere que en la iglesia primitiva se acostumbrara a realizar cenas entre los miembros de la iglesia como una consecuencia natural de la comunión estrecha existente entre los hermanos. A continuación transcribo un testimonio de una de estas “convivencias”, descrita por Tertuliano, uno de los padres de la Iglesia hacia el año 195 d. C.  aproximadamente: Nuestra cena con su nombre se acredita (361). Llámase en griego Agape, que significa caridad (362). Conste de cualesquier gastos esta cena que administra la caridad, que donde el amor es dispensero, el gasto es ganancioso, porque con este refrigerio socorremos los necesitados. Con esta cena remedíamos la necesidad de los pobres, no les compramos la libertad, como lo hacéis vosotros con los truhanes en los banquetes (363), que el que se obliga á hartarlos de comida los puede hartar de contumelias; solamente se hace esta piedad en consideración de ejercitar la obra que para Dios vale más, que es el socorro de los menores. Si la ocasión de la cena es tan honesta, la composición con que se come y se reparte se puede medir por la causa; que si la causa es caridad, |285 será el modo religión. No admite esta cena acción inmodesta ni vil. Lo primero que se gusta es a Dios; en esta mesa la oración hace la salva. Aquí no se come, témplase el hambre. Bébese con la sobriedad conveniente á un pecho honesto. Así se cena como quien se acuerda que también aquella noche ha de adorar á Dios. Así se platica como quien atiende a que Dios oye las palabras. Acabada la cena se lavan las manos (364), se encienden las luces, y se manda que cada uno salga en medio de la congregación y cante algo de la Sagrada Escritura, o lo que su devoción le administrare, y así se prueba la templanza con que se bebió en la cena. Este convite, pues, de los cristianos, con oración comienza y con oración se acaba (365). De allí se retiran todos, no a ver cuadrillas de esgrimidores que se hieren o se matan, como hacéis vosotros después de vuestras cenas (366): no á rondar en camaradas, discurriendo por la ciudad para injuriar a todos; no a buscar impetuosamente los encuentros de la torpeza, las canciones, los bailes y entremeses, sino al cuidado de repasar la honestidad que desprendieron en la cena, como aquellos que no cenaron cena sino enseñanza.”
Hay algo interesante que encontramos en estos primeros cristianos.  Según el vs. 46 ellos adoraban en las casas y en el templo. Podemos decir que son dos formas de adoración: Formal (en el templo) e Informal (en los hogares).  Ellos deseaban estar reunidos en torno al Señor, deseaban la comunión con sus hermanos.  Digamos que la reunión de cristianos en un hogar propicia un ambiente diferente al del templo.  Los cristianos se nutrían tanto de la reunión formal en el templo, como de la reunión informal en las casas. 
Las reuniones de la iglesia tenían dos aspectos importantes: Gozo y Reverencia.  Cada reunión debe ser una celebración alegre, pero la iglesia primitiva se caracterizaba también por su reverencia, las reuniones eran alegres pero no irreverentes.  Si en algunas iglesias las reuniones parecen servicios fúnebres, en otras son demasiado livianas.   Cuando el Espíritu Santo renueva la iglesia, la llena de alegría y también de reverencia ante Dios.

4. Evangelización contínua.
“Y todos los días añadía el Señor a la iglesia aquellos que se habían de salvar” (Hechos 2:47). 
Primero, vemos la soberanía de Dios en la salvación.  Es Él quien añade los nuevos creyentes. 
Vivimos en un tiempo de muchos avances tecnológicos, rodeados de comodidades, y con muchas cosas al alcance de la mano, sea de un click o de un llamado telefónico. Es este tiempo en que más necesitamos ser una iglesia humilde, reconociendo nuestra incapacidad para hacer la obra de Dios, y que sólo Cristo puede dar vista a los ciegos, hacer oír a los sordos, hacer hablar a los mudos y revivir las almas muertas.  Si es Cristo el que salva, Él es quien añade, tenemos que rogar, tenemos que orar que al predicar el evangelio, Él sea con nosotros, que Él nos de el mensaje preciso, las palabras adecuadas, para que mediante su precioso Evangelio sea salvo el pecador.  No es la iglesia que salva a los pecadores, es Dios quien añade a la iglesia a los que han de ser salvos.
Algo importante que podemos ver en el versículo 47, es que el Señor salva a los que añade a la iglesia, y añade a la iglesia a los que salva.  O sea, si es Dios el que añadió un alma nueva a la iglesia, es porque lo salvó.  Y si Dios salvó a alguien, podemos estar seguros de que lo va a añadir a la iglesia.  Nunca Dios va a añadir un falso creyente a la iglesia, eso lo hace el hombre carnalmente.  Nunca una persona verdaderamente salva va a estar mucho tiempo sin integrarse a una iglesia, porque Dios lo añadirá.
La evangelización no debe ser una tarea de ocasiones especiales, sino que debe ser continua.  Cuando la iglesia está llena del Espíritu Santo, se abre al mundo necesitado de Dios, con el Evangelio en sus corazones y en sus labios, para dar de gracia lo que de gracia recibió.
Es por eso que más que nadie, la iglesia debe conocer el Evangelio, porque es poder de Dios para salvación (Romanos 1:16), y es el medio por el cual Dios se propuso salvar al pecador (1 Corintios 1:21).


martes, 29 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - 4 marcas de una iglesia viva (parte 1)

Para saber cómo es una iglesia viva en el Espíritu, receptiva, dispuesta y abierta a la presencia y el poder del Espíritu Santo, sin duda tenemos que remontarnos al ejemplo que encontramos en las Escrituras, el de la iglesia primitiva o apostólica.  Cuando observamos el proceder de esta iglesia, y cómo el Espíritu Santo obraba en medio de ella, vamos a darnos cuenta de algunas marcas, señales o características que tenía, tomando como base Hechos 2:42-47: 1.Enseñanza apostólica; 2. Comunión y Ayuda Mutua; 3. Adoración, Oración y Reverencia; 4.  Evangelización continua.

1. Enseñanza apostólica.
Luego del discurso de Pedro el día de Pentecostés, los que recibieron el mensaje fueron
bautizados, siendo un total aproximado de 3000 personas, los que se añadieron a los  120 que orando en el aposento alto recibieron el Espíritu Santo.  El Espíritu de Dios, por decirlo así, abrió una escuela ese día.  Los maestros eran los apóstoles que habían sido escogidos por Cristo, y había 3000 estudiantes, que en realidad eran niños de Kinder, recien nacidos en la fe, convertidos y llenos del Espíritu Santo.  Ellos tenían hambre de la verdad, querían estar a los pies de los apóstoles absorviendo sus enseñanzas.  El ser lleno del Espíritu Santo es estar lleno del Espíritu de Verdad, así que no cabe la idea de alguien que diga ser lleno del Espíritu Santo y que no le interese la enseñanza bíblica.
¿Cómo se cuidaba la enseñanza o doctrina apostólica?  Siempre se exhortaba a que los ministros, obispos, ancianos o pastores se fijaran en el orden de la iglesia, y que su fe y su práctica se ajustaran a la enseñanza impartida por los apóstoles (2 Tes. 3:6).
Los ministros eran instruidos y constantemente impulsados a preocuparse de esta tarea, para que la iglesia no se debilitara y no le faltara doctrina.  Se instaba a los ministros a preocuparse de la enseñanza, se les animaba a leer y estudiar diligentemente, y que no dejaran de enseñar y explicar las Escrituras (1 Timoteo 4:13).  Pero no sólo eso, sino que supieran retener la enseñanza en la forma que les había sido entregada, sin cambiarla, sin torcerla ni interpretarla de manera antojadiza (Tito 1:9).
El avivamiento en Chile  “Dos cosas son dignas de especial mención como teniendo alguna relación con el avivamiento del año 1909.  La primera es el tema de los estudios de la Escuela Dominical, y la segunda, los testimonios en las clases experimentales.
En el año 1902, se estudiaba el libro de Los Hechos.  En un estudio de profesores en el principio del año, un hermano dirigió al pastor esta pregunta: ¿Qué impide que nosotros seamos una iglesia como esta iglesia primitiva? El pastor le respondió: “No hay impedimento alguno sino el que esté en nosotros mismos”.  Así que todo el año en la Escuela Dominical esto era nuestro blanco; y todo acto, toda persona, toda manifestación de Dios en las lecciones, se nos presentó como estímulo en esa dirección. 
La segunda cosa andaba muy en consonancia con la primera.  En los testimonios tan prestos, y aún animados, se notaba en muchos una vaguedad que dio origen a una serie de sermones tendientes a aclarar el testimonio del Espíritu a la salvación.  Enseguida, una enseñanza clara y directa sobre la santidad.  La semilla cayó en tierra bien preparada y hubo un avivamiento notable durante el año.” (Extraído del libro “Historia del Avivamiento Pentecostal en Chile”, de W. C. Hoover).
Finalmente, parecen muy oportunas las palabras del autor John Stott: “Una iglesia llena del Espíritu es una iglesia bíblica, una iglesia neo testamentaria, una iglesia apostólica. En ella se enseña las Escrituras. Los padres enseñan la Biblia a los hijos. Los miembros de la iglesia leen y reflexionan sobre las Escrituras todos los días. El Espíritu de Dios dirige a su pueblo a someterse a la Palabra de Dios, y cuando lo hace, esa iglesia se remueve con la presencia del Espíritu Santo.”


2. Comunión y ayuda mutua.
 El amor y el cuidado mutuo entre los creyentes.  La palabra comunión viene del griego Koinonía, y significa lo que tenemos en común, lo que compartimos como creyentes en Cristo. 
Esta palabra podemos verla de dos formas complementarias:
a) compartimos la Gracia de Dios.  El apóstol Juan comienza su primera carta (1 Jn 1:3) diciendo que “nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”  Pablo complementa esto diciendo que tenemos comunión con el Espíritu Santo (2 Corintios 13:14).  Entonces nuestra comunión debe ser trinitaria. 
b)  También tenemos en común lo que damos.  Pablo también usa la palabra koinonía para referirse a una ofrenda que estaban dando las iglesias.  El adjetivo koinónico, significa “generoso”, y en este pasaje, Lucas describe la generosidad de los cristianos primitivos.

Entonces hablamos de una comunión en la fe (creemos lo mismo, compartimos un mismo Dios), y de generosidad, compartimos dando lo que tenemos.  

En este pasaje del libro de los Hechos, en especial se nos habla de la generosidad de los cristianos, que era tal, que en la iglesia no había pobres, porque los que más tenían daban sus posesiones para que vendiéndose, a nadie le faltara.  Esto no tiene nada que ver con el comunismo, donde la doctrina marxista prohibe la propiedad privada, sino que es puro amor cristiano.  Además, no significa que los cristianos quedaban sin posesiones, porque también dice el libro de los Hechos que se reunían en casas.  ¿De quién serían las casas donde se reunían si las hubieran vendido todas?

Eso no nos excusa de ser generosos y de dar cuanto nos sea posible en casos de necesidad.  Ya dejamos de vivir una vida egoísta, ya no vivimos para nosotros, ahora debemos vivir para Cristo.


Una iglesia llena del Espíritu es una iglesia generosa.  La generosidad ha sido siempre una característica del pueblo cristiano, porque nuestro Dios es un Dios generoso.  De hecho, un significado de la palabra Gracia es Generosidad.  Si Él nos da todo de Gracia, si nuestro Padre es generoso, sus hijos también debemos ser generosos. 

lunes, 28 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - ¿Qué es ser RADICAL?

Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo;  pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.” Mateo 13:16-17

Según el Diccionario de la RAE (Real Academia Española de la Lengua), la palabra radical tiene, entre otras, las siguientes acepciones:  Perteneciente o relativo a la raíz.; 2. Fundamental, de raíz; 3. Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático; 4. Extremoso, tajante, intransigente.

Ser un cristiano radical no es usar ropa o algún artículo que nos distinga, una polera que diga “soy un cristiano radical”. Como lo dice el concepto, se trata de estar arraigado a la verdad de Cristo.  En la parábola del Sembrador, vemos la desgracia de aquellos corazones que son como la semilla que cayó en pedregales: Oyeron la palabra y la recibieron con gozo, sin embargo, la palabra nunca se pegó a sus corazones, nunca se arraigó, nunca tuvo un lugar en ellos.  Bastó que viniera la prueba, el sufrimiento y la persecución, para que ellos se escandalizaran y dejaran el camino. 
 
Ser radical entonces, es retener el testimonio de tal forma, que aunque vengan tempestades, luchas y flaquezas, aún permanecer en la fe.  Aunque permanecer en la fe de Cristo llegue a ser peligroso para nuestra propia vida como el mismo Señor lo profetizó (Mateo 24:9; Marcos 13:12).

Tenemos testimonio de los primeros discípulos, cómo sufrieron por causa de Cristo y el Evangelio.  En algunos casos la Escritura lo consigna, y en otros, tenemos que remitirnos a fuentes históricas.  A continuación repasaremos brevemente las tribulaciones de los discípulos de la iglesia primitiva, tomando para esto como referencia a “El Libro de los Mártires”, escrito por John Fox.

1.- ESTEBAN:  Fue el siguiente en padecer (después del Señor Jesús).  Su muerte fue ocasionada por la fidelidad con la que predicó el Evangelio a los entregadores y matadores de Cristo (Hechos 7). Fueron excitados ellos a tal grado de furia, que lo echaron fuera de la ciudad, apedreándolo hasta matarlo.  A continuación hubo una gran persecución contra todos los que profesaban creer en Cristo. Alrededor de 2000 cristianos (incluído Nicanor, uno de los 7 diáconos de Hechos 6:5) padecieron el martirio durante la tribulación que sobrevino en tiempos de Esteban (Hechos 11:19). 
2.- JACOBO EL MAYOR: (Hechos 12:1-2) Jacobo, hijo de Zebedeo, hermano mayor de Juan y pariente del Señor, porque su madre Salomé era prima de María.  Esto habría ocurrido 10 años después de la muerte de Esteban.  Clemente de Alejandría dice que cuando Jacobo estaba siendo conducido al lugar de su martirio, su acusador fue llevado al arrepentimiento, cayendo a sus pies para pedirle perdón, profesándose cristiano, y decidiendo que Jacobo no iba a recibir en solitario la corona del martirio.  Así que ambos fueron decapitados juntos.  Timón y Parmenas (Hechos 6:5) sufrieron el martirio alrededor del mismo tiempo; en Filipos y Macedonia respectivamente, el año 44 d. C.
3.- FELIPE: De Betsaida (Juan 1:43-44), trabajó diligentemente en Asia Superior, y sufrió el martirio en Heliópolis, en Frigia.  Fue azotado, echado en la cárcel, y después crucificado, en el 54 d. C.
4.- MATEO: Sufrió el martirio estando en Etiopía, siendo muerto con una alabarda en la ciudad de Nadaba en el año 60 d. C.
5.- JACOBO EL MENOR: Fue escogido para supervisar las iglesias de Jerusalén, y fue autor de la Epístola a Jacobo, o Santiago, en el canon sagrado.  A la edad de 99 años fue golpeado y apedreado por los judíos, y finalmente le abrieron el cráneo con un garrote de batanero.
6.- MATÍAS: Fue escogido para llenar la vacante dejada por Judas (Hechos 1:26). Fue apedreado en Jerusalén y luego decapitado.
7.- ANDRÉS: Hermano de Pedro, predicó el evangelio a muchas naciones de Asia; pero al llegar a Edesa fue arrestado y crucificado en una cruz cuyos extremos fueron fijados transversalmente en el suelo (como una X).
8.- MARCOS : Autor del Evangelio según San Marcos, llamado también Juan Marcos (Hechos 12:25).  Fue arrastrado y despedazado por el populacho de Alejandría, en la gran solemnidad de su ídolo Serapis, acabando su vida en sus implacables manos.
9.- PEDRO: Entre muchos otros santos, el bienaventurado apóstol Pedro fue condenado a muerte y crucificado, como algunos escriben, en Roma.  Hegesipo dice que Nerón buscó razones contra Pedro para darle muerte; y que cuando el pueblo se dio cuenta, le rogaron insistentemente a Pedro que huyera.  Pedro, ante la insistencia de ellos, lo hizo.  Pero llegando a la puerta, vio al Señor acudiendo a él, a quien adorándole, le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”, a lo que él respondió: “A ser de nuevo crucificado”.  Con esto, Pedro, dándose cuenta de que se refería a su propio sufrimiento, volvió a la ciudad.  Jerónimo dice que fue crucificado cabeza abajo, con los pies arriba, por petición propia, porque era, dijo, indigno de ser crucificado de la misma forma y manera que el Señor.
10.- PABLO: También el apóstol Pablo, tras su enorme trabajo y obra para promover el Evangelio de Cristo, sufrió también bajo esta primera persecución bajo Nerón.  Dice Abdías que cuando se dispuso su ejecución, que Nerón envió a dos de sus caballeros, Ferega y Partemio, para que le dieran la noticia de que iba a ser muerto.  Al llegar a Pablo, que estaba instruyendo al pueblo, le pidieron que orara por ellos, para que ellos creyeran.  Él les dijo que poco después ellos creerían y serían bautizados delante de su sepulcro.  Hecho esto, los soldados llegaron y lo sacaron de la ciudad al lugar de las ejecuciones, donde, después de haber orado, dio su cuello a la espada.
11.- JUDAS: Hermano de Jacobo, hijo de Alfeo, era conunmente llamado Tadeo (Mateo 10:3; Lucas 6:16), fue crucificado en Edesa el 72 d. C.
12.- BARTOLOMÉ: Predicó en varios países, y habiendo traducido el Evangelio de Mateo al hindú, lo propagó en la India.  Finalmente fue cruelmente azotado y luego crucificado por los agitados idólatras.
13.- TOMÁS: Llamado Dídimo, que significa gemelo (Mateo 20:24),  predicó el Evangelio en Partia y la India, donde, provocar a los sacerdotes paganos a ira, fue martirizado, atravesado con lanza.
14.- LUCAS: El evangelista, el médico amado (Colosenses 4:14), fue autor del Evangelio que lleva su nombre.  Viajó con por varios países, y se supone que fue colgado de un olivo por los idolátricos sacerdotes de Grecia.
15.- SIMÓN: De sobrenombre Zelote (Lucas 6:15), predicó el Evangelio en Mauritania, Africa, incluso en Gran Bretaña, país en que fue crucificado en el 74 d. C.
16.- JUAN: El “discípulo amado”, era hermano de Jacobo el Mayor.  Fue enviado de Efeso a Roma, donde se afirma que fue echado en un caldero de aceite hiriviendo.  Escapó milagrosamente, sin daño alguno.  El emperador Domiciano lo desterró posteriormente a la isla de Patmos, donde escribió el Apocalipsis.  Nerva, el sucesor de Domiciano, lo liberó.  Fue el único apóstol que escapó una muerte violenta.
17.- BERNABÉ: Se supone que murió alrededor del 73 d. C.

Si buscamos un ejemplo de qué es un cristiano radical, creo que en la vida de los apóstoles y primeros discípulos hemos hallado una ilustración perfecta.

Terminamos con las palabras del autor John Fox que nos dan cuenta de la iglesia que ha sido plantada por Cristo, contra la cual las puertas del Hades no prevalecen (Mateo 16:18).

“Y a pesar de todas estas continuas persecuciones y terribles castigos, Iglesia crecía diariamente, profundamente arraigada en la doctrina de apóstoles y de los varones apostólicos, y regada abundantemente con la de los santos.”


REFLEXIONEMOS.

1.- ¿He logrado retener el testimonio o mi fe en Cristo en momentos difíciles?



2.-  ¿He sentido la fortaleza y la gracia de Dios en medio del sufrimiento?




3.- ¿Qué sentimiento me produce el conocer la historia de los apóstoles que murieron por causa de Cristo?

viernes, 25 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - La verdadera adoración

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”  
Romanos 12:1

El apóstol Pablo ruega a la iglesia que adore a Dios de la siguiente forma: Presentando sus cuerpos (sus vidas) en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. 

Esta es la verdadera adoración, el culto racional. Adorar al Dios Verdadero no se trata de hacer lo que hacen las religiones paganas, en éxtasis, sin comprender lo que hacen, perdiendo el control de sí mismos, y sin ningún fruto en sus conductas, sin ningún cambio en su corazón. 

Hay quienes adoran en la carne.  Se dejan llevar por sus impulsos, sus emociones descontroladas.  Pero la verdadera adoración es en Espíritu y Verdad (Juan 4:24).  En Espíritu significa que debemos adorar a Dios no sólo obedeciendo a las normas externas y en la forma que se nos dice, sino que debemos hacerlo en lo interior, con la actitud correcta.   En verdad, significa que debe ser de acuerdo a las Escrituras.

Debemos presentar nuestra vida en adoración a Dios.  Esto implica OBEDIENCIA, SOMETIMIENTO, AUTONEGACIÓN.

No basta con que sólo nos comprometamos a participar en los servicios programados en nuestra iglesia, no importa cuántos sean.  Aunque tuviéramos servicio los siete días de la semana, sino están estas cosas en nuestra vida (obediencia, sometimiento, y auto negación), no estamos adorando a Dios.

OBEDIENCIA: El Apóstol Pedro en su primera carta, capítulo 1, vers. 2, dice que fuimos escogidos por Dios, en santificación del Espíritu… PARA OBEDECER, y ser rociados con la sangre de Jesucristo.  Debemos OBEDECER a la verdad de la Palabra de Dios.  Para esto necesitamos un corazón de carne (nuevo nacimiento).  La simpleza de un niño en el ejemplo que nos muestra Jesús, quien con sencillez de corazón cree lo que se le dice, es lo que debemos seguir.  Debemos obedecer a la fe (Romanos 1:5), creer en Cristo para salvación y vida eterna, para perdón de pecados, justificación y redención. 
SOMETIMIENTO: Debemos someternos a Dios, a su soberana voluntad, a sus designios.  Esta en parte es la voluntad no revelada de Dios, no es algo que podamos ver claramente en las Escrituras, pero cuando nos encontramos ante situaciones difíciles y que no podemos entender, entonces debemos someternos a Dios, aceptando su voluntad.  Esta es una manera de adorar a Dios. (Santiago 4:7).
AUTONEGACIÓN:  Debemos negarnos a nosotros mismos.  Esto significa que ya dejamos de vivir para nuestro propio gusto, ahora nos negamos a nosotros mismos, nuestros deseos egoístas, nuestros anhelos y metas personales.  Para verdaderamente adorar a Dios necesitamos tomar esta determinación de que ya no vivo para mí mismo, ahora vivo para servir y adorar a Dios, y eso significa que tengo que poner en primer lugar la voluntad de Dios por sobre la propia.  (Mateo 16:24; Marcos 8:34; Lucas 9:23).

No es posible separar la palabra DISCÍPULO de ADORADOR.  Porque somos discípulos de Cristo, vivimos no sólo para servirle sino para amarle con toda nuestra vida.  No se trata sólo de imitar una conducta, sino que hacerlo de corazón.  Por eso el ser un adorador, significa obedecer a Dios, someterse a Él y negarse a sí mismo.


La Iglesia Primitiva
En Hechos 4:32, podemos ver resumido cómo era el corazón de la iglesia apostólica.  El egoísmo no tenía lugar en sus miembros, eran muchos pero un solo corazón y una sola alma.  Tal era la unidad que aún sus propiedades personales no las consideraban propias.  Podemos ver en ellos un corazón ensanchado, un pueblo generoso y dispuesto a todo.  No se reservaron nada, sino que se entregaron completamente a Dios y a su obra.  Pablo llegó a decir “ya no sois vuestros” (1 Corintios 6:19). 


Esto les permitió entregar su vida enteramente a Dios, sin reservas, estando dispuestos aún a morir por causa de Cristo, comprendiendo cabalmente las palabras de Cristo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” (Marcos 8:34) 

jueves, 24 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - Tienes nombre de que vives

Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.”  Apocalipsis 3:1

Jesucristo le reprocha a la iglesia de Sardis que aparenta ser una iglesia viva, pero en realidad estaba muerta.  ¿Cómo se puede aparentar?  Aparentamos cuando por ejemplo, hacemos algo sólo fijándonos en la crítica de los hombres, en la impresión que vamos a dejar.  Es muy fácil granjearse una imagen ante los hombres y parecer algo que no somos.  Lo difícil es realmente ser, porque eso implica una obra en el interior.  Sólo Dios puede cambiar el corazón de un hombre y transformarlo.

Las obras muertas son obras de auto-justicia, y se le llaman obras “muertas” porque conducen a la muerte.  Son peligrosas porque nos engañan, nos hacen pensar que estamos en el camino correcto (Proverbios 14:12 y 16:25).

El que se cree justo, el que cree estar sirviendo a Dios (hasta Saulo pensaba que persiguiendo a los cristianos servía a Dios), se engaña a sí mismo si no tiene realmente a Cristo en su vida, si no ha reconocido sus pecados y los ha llevado a la cruz de Cristo.  El que se cree justo no conoce a Jesucristo, el único justo.  Dios es el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús.  Recordemos la parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18:10-14).  En esta parábola podemos ver con claridad qué es una obra muerta, y cuán perverso es el que se jacta de sus obras, despojando a Dios de toda gloria en él. 

Es importante que como creyentes nos preocupemos de nuestras obras.  Debe haber obras en nuestro caminar, pero si son muertas, es preferible que nos abstengamos, porque para el Señor una obra muerta es como “trapo de inmundicia” (Isaías 64:6).  Si no hemos sido lavados en la sangre de Cristo, todos nuestros actos buenos son sin valor, inútiles, vanos, y muertos.

La iglesia de Sardis tenía fama de ser una iglesia viva, activa, fructífera y próspera, pero sus obras eran muertas.  Es probable que muchos de sus miembros trabajaban en la obra de Dios sin siquiera haber nacido de nuevo.  Tal vez a sus predicadores nunca les había amanecido Cristo, quizás sus maestros no eran más que filósofos llenos de humanismo. 

La iglesia pentecostal en general, lleva un gran peso sobre sí en el nombre, ya que proviene de Pentecostés, el día en que el Espíritu Santo cayó sobre los discípulos y fueron llenos de Él.  Una iglesia viva es aquella que sirve a un Dios vivo. 

La sangre de Cristo es lo que necesitamos para limpiarnos de obras muertas (Hebreos 9:14).  Una obra muerta es aquella que no ha sido iniciada por Dios, y si no fue iniciada por Él no podemos esperar que Dios la respalde en ningún momento.  Es cualquier cosa hecha en el momento equivocado, o con el motivo equivocado (cualquier otro que no sea la Gloria de Dios).

Preguntas para la reflexión personal.

1.- ¿Se siente confiado en sus capacidades para servir a Dios?



2.- ¿Cuál es el motivo de su trabajo en la obra de Dios?

miércoles, 23 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - ¡Andad por el buen camino!

Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. ” Jeremías 6:16


La senda antigua no se trata exclusivamente de formas, sino más bien del camino antiguo y verdadero que Dios trazó para el hombre, el cual se encuentra revelado en su Palabra.  Cada vez que el pueblo de Israel era confrontado con la Ley de Moisés, el Espíritu de Dios quebrantaba sus corazones y encendía en ellos un fuego ardiente que los hacía anhelar esta senda antigua, volverse a Dios, obedecer los mandamientos de Dios.  Cada vez que el pueblo de Dios se apartaba de Él en su corazón, se convertía en idólatra, dejaba la verdadera adoración a su Dios.

Ídolos de la Iglesia hoy:
Éxito : El mundo tiene objetivos muy diferentes a los que Dios le trazó a la Iglesia.  La meta de la Iglesia es el blanco soberano que es Cristo.  Cada creyente debe perfeccionarse en amar a Dios por sobre todo y ser moldeado a la imagen de Cristo.  Este es el verdadero éxito de la Iglesia.  Sin embargo, el mundo ha introducido a su dios Éxito, en la iglesia.  Ahora la iglesia busca tener el lugar de reunión más grande y moderno, tener un nombre llamativo, y atraer multitudes sin importar a costa de qué.  Así que la iglesia exitosa ya no es la que crece en santidad y amor, sino la que tiene el mejor “templo”, una congregación numerosa, músicos y cantantes “de calidad” y un show completo en sus servicios, incluyendo un mensaje “fresco y poderoso”, lo que significa una predicación basada en psicología y metafísica.

Templos : Los lugares de reunión se han convertido en el orgullo de la iglesia, su único lugar de refugio, y finalmente, el único lugar donde Dios actúa.  ¿Cuál es el problema con esto?  Que la Iglesia ha creído que el “templo” es el único lugar donde Dios está, y que saliendo de la puerta del templo, ya Dios no puede vernos o no tiene derecho de supervisar lo que hacemos.  Los cristianos profesantes han dividido su vida en dos: Una religiosa (al interior del “templo”) y una secular (fuera de él). 

Fama o Reconocimiento : Hoy la Iglesia (algunas instituciones u organizaciones cristianas) buscan el ser bien tratados y considerados por las autoridades civiles.  Buscan ser protegidos por leyes de hombres.  Buscan apoyo de las autoridades de turno y la garantía de que los dejarán “practicar su fe” sin problemas.  Con esto, han despreciado el poder de Dios, Su protección, Su respaldo, e ignoran que la persecución, el menosprecio y la burla por causa de Cristo y el Evangelio, son motivo de gozo y gloria de la iglesia.

Cuando el Rey Josías escuchó la lectura del libro de la ley que fue encontrado mientras se limpiaba el templo (2 Reyes 22:10-11), su corazón se quebrantó porque se dio cuenta que su pueblo se había alejado de Dios, había dejado las sendas antiguas, así que inició una reforma.  Muchas cosas cambiaron en Judá a partir de ese bendito momento. 
Un avivamiento sin duda debe pasar por esto, es como un requisito espiritual.  La iglesia que anhela la Presencia de Dios y la vida espiritual, está dispuesta a cambiar y a dejar el pecado, las manchas y las arrugas que ha encontrado en sus vestidos.  A esto llamamos reforma. 

La iglesia es viva y está compuesta por hombres, por ende es susceptible de desviarse.  El reformador francés Juan Calvino, formuló una célebre frase: “Ecclesia Reformata, Semper Reformanda”.  Es una frase en latín que significa que la Iglesia que ha sido reformada siempre debe estar reformándose.  Esto quiere decir que la iglesia requiere continuamente corregir lo que se encuentra errado a la luz de las Escrituras, en cuanto a la fe y a la práctica.  Continuamente los hijos de Dios debemos desear andar por las sendas antiguas.  

La Reforma.
No fueron pocos los que levantaron su voz en contra del pecado que había en medio de la Iglesia Católica Romana desde el siglo XII hasta el XVI, y el clamor fue tomando mayor intensidad hasta que se oyó fuertemente en las paredes de la residencia papal.  Pedro Valdo, John Wyclif, Jan Hus, fueron los primeros que clamaron en las calles y en las iglesias por el pésimo estado espiritual de la Iglesia.  Martin Lutero, Juan Calvino, Ulrico Zwinglio y otros fueron los que sellaron esta historia, llevando una reforma a la iglesia, lo que finalmente dio origen a la Iglesia Protestante. 

Martín Lutero se dio cuenta que la salvación no era por obras sino que por fe en la obra de Jesucristo, oponiéndose firmemente a la venta de indulgencias por parte de la Iglesia Católica.  El 31 de Octubre de 1517 clavó 95 tesis en la puerta de la iglesia alemana de Wittemberg. 
Juan Calvino denunció los excesos y pecados de las autoridades católicas y sobretodo del Papa en su famoso libro “Institución de la Religión Cristiana”. 

Todos ellos fueron perseguidos. Algunos fueron librados, otros murieron quemados en la hoguera. Notable fue la muerte de Jan Hus (cuyo apellido significa “ganso” en checo).  Antes de ser quemado Hus dijo: “Vas a asar un ganso, pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar”.  Esto se suele interpretar como una profecía acerca de Martín Lutero, quien en su escudo de armas tenía un cisne y fue protegido por un príncipe, lo que impidió su muerte.

Juan Calvino enseñaba la Biblia a muchos estudiantes.  Su seminario fue llamado “La Escuela de la Muerte”, ya que muchos de sus estudiantes apenas terminaban sus estudios teológicos en la Academia de Ginebra, eran arrestados y condenados a la hoguera por la Iglesia Católica, acusados de herejía.

Los Reformadores fueron hombres que en su corazón desearon ser fieles a Dios y volver a las Sendas Antiguas, y por causa de eso sufrieron persecución, cárceles y hasta la muerte, cumpliéndose en ellos también las palabras de Cristo: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mateo 24:9).

Preguntas para la reflexión personal.

1.- ¿Siente el deseo de andar en las sendas antiguas, y de hacer la voluntad de Dios? Si lo ha hecho o lo hace aún, ¿Siente el gozo y la satisfacción de estar agradando a Dios?



2.- ¿Existe en Ud. alguna división entre su “vida de iglesia” y el resto de “su vida normal”? ¿Cómo se da cuenta en caso de ser así?



3.- ¿Qué “reformas” o cambios cree que necesita su vida espiritual?


martes, 22 de septiembre de 2015

LA NEO IDOLATRIA ANIMALISTA

“y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles…ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén” Romanos 1: 23-25

Después de escuchar una noticia que hablaba de un ataque de una jauría de perros vagos a un joven repartidor de correspondencia y que por efecto de la mordida de uno de los animales contrajo la infección de la rabia que lo tiene al borde de la muerte, creí oportuno considerar hacer este artículo cuyo objetivo es reflexionar sobre otras de las tantas aristas de la humanidad que revela su absoluto desprecio a lo que Dios enseña en su Palabra; esta vez, se trata de la nueva idolatría animalista.
Cada vez que aparecen nuevos casos de ataques de animales, aparecen también aquellos que se dicen defensores de los derechos de los animales cuyo radicalismo los lleva no solo a protestar contra el maltrato animal, idea que toda persona en sus cabales debe estar de acuerdo, sino que a reivindicar los derechos de las bestias casi al mismo, o inclusive sobre el nivel del ser humano. Voces autoproclamadas animalistas, ecologistas, ambientalistas, vegetarianos o veganos, llegan al extremo de celebrar cuando un ser humano es atacado o incluso muerto por haber transgredido de algún modo los derechos de los animales.
Así fue hace tiempo atrás cuando en el zoológico de Santiago el error de procedimiento de un operario, lo llevó al descuido y fue atacado por una feroz fiera que debió ser reducida con balas para salvar la vida del ser humano. No obstante, las voces de protesta de los animalistas no se dejaron esperar y juzgaron duramente a las autoridades del recinto, criticando el sacrificio innecesario de la bestia. Para estos seguidores de esta filosofía animalista, sus reclamos delatan que la vida de un animal es mucho más importante y preciada que la de un ser humano. La noticia para ellos no era el accidente o el estado de salud del ser humano que fue atacado por la fiera, sino que la muerte del animal.
Recordemos otro caso del zoológico de Quilpué cuando un pequeño, luego del descuido de sus padres, introdujo su mano en la jaula de los papiones, y por consecuencia una de las bestias cercenó parte de su extremidad. Los voceros animalistas en lugar de lamentar lo ocurrido al pequeño, solo se limitaron a elevar defensa de los animales que se encuentran enjaulados. En otras palabras, los derechos del simio fueron exhibidos por sobre la tremenda tragedia.
Creo que nadie podría estar en desacuerdo respecto a prohibir el maltrato animal o cualquier acto de violencia hacia ellos. El que cientos de animales estén encerrados y estresados en un hábitat inadecuado como zoológicos; o por ejemplo las corridas de toro, el rodeo, los animales cautivos en los circos, etc., no creo que sean espectáculos objetivamente maravillosos; pero de ahí a elevar una verdadera apología a las bestias y ponerlas en un sitial que no les corresponde, es una tremenda necedad.
La filosofía animalista es muy antigua. Se remonta a civilizaciones tales como la babilónica, la egipcia o la mesopotámica; todas paganas y aborrecedoras de Dios Todopoderoso. Recordemos la cultura egipcia que adoraba a la cobra, al gato, al león, etc. O las mismas culturas precolombinas adoradoras del águila, del jaguar y de la serpiente. Así podríamos recorrer sistemáticamente todas las culturas y religiones paganas que demostraban con evidencia su odio irrestricto al Dios de las escrituras. Tal como lo dice Romanos 1: 23-25 que encabeza este artículo, los hombres en lugar de adorar a Dios, adoran la creación y en el caso particular a los animales. Ellos cambiaron la gloria de Dios por semejanza de imagen de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
La biblia menciona al dios Dagón que se representaba en la iconografía religiosa como un ser mitad hombre y mitad pescado. De hecho los sacerdotes que elevaban sacrificios a esta deidad, utilizaban una mitra en forma de la cabeza de pescado idéntica a la que usan los cardenales, obispos y el jerarca de la actual iglesia romana. Esta y muchas otras deidades eran erigidas por los pueblos con imágenes de animales.
“Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón” 1 Samuel 5:2
Recordemos además que el propio pueblo de Israel en su constante apostasía, también llegó a adorar la figura de un animal y que obviamente fue la causa del juicio de Dios una vez que Moisés descendió del Sinaí.
“y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto” Éxodo 32:4
Tanto es esta devoción por las bestias, que el hombre ha diseñado una verdadera religión con la afamada teoría de la evolución, que dicho sea de paso, es parte del programa educacional obligatorio en todos los colegios. El hombre con “su sabiduría humanista” en constante rebelión en contra de su Creador, ha desechado la verdad de la Creación y ha enarbolado la mentira de la evolución de las especies, la cual pregona que nosotros provenimos de la evolución de las bestias. Si bien, la biblia enseña que el hombre puede llegar a comportarse como un primate o como una bestia por causa del pecado y su depravación, también es clara en enseñar que todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y no de una supuesta evolución de los simios. Esto es lo que nos diferencia de las bestias.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen…” Génesis 1:26
Esta filosofía de neo adoración animalista, ha llegado a límites insospechados. Por ejemplo, ellos enseñan que si alguien adopta una animal, a éste no se le debe llamar “mascota” sino que compañero. No obstante, los expertos señalan que cuando alguien adopta una mascota, el dueño debe hacer notar su señorío y superioridad, de modo que la bestia debe permanecer en su justo lugar.
Hoy vemos a personas que se conmueven más con un animal que por un ser humano. Esto me hace recordar la antigua frase que el poeta inglés Lord Byron revivió: “mientras más conozco a los hombres; mas quiero a mi perro”, frase muy apetecida por los animalistas, no obstante, quien elevó aquella máxima fue un defensor de la amoralidad y de la vida en libertinaje que incluso se hablaba de su bisexualidad. Evidentemente, en muchos de los radicales animalistas se aprecia una dicotomía moral, ya que al perecer siguiendo el molde bestial pretenden imitar la actitud libre y sin moral de los animales a quienes tanto ellos aman.
Yo he escuchado personalmente a personas neo adoradoras de animales que por lo general revelan una preocupante desilusión por la raza humana debido a tristes experiencias de niñez. Hijos de madres solteras, abandonados por sus padres, maltrato intrafamiliar, alcoholismo, drogas, etc. Una vez llegada a la adolescencia y juventud, cuando el individuo desea sentirse interpretado por algo y dar razón a su existencia, algunos con toda la carga negativa y raíces de amargura en contra del ser humano, han encontrado esta filosofía animalista como consuelo a su desilusión.
Creo importante enfatizar que el cuidado de los animales y el desprecio del maltrato de los mismos es algo que la biblia también declara con precisión.
“El justo cuida de la vida de su bestia; Mas el corazón de los impíos es cruel” Proverbios 12:10
No obstante a que este pasaje define como impío a quien maltrata al animal, la biblia se refiere como “BESTIA” al animal que presta servicios al hombre. Jamás encontramos en las escrituras la postura de filosofía animalista en donde se pretende poner a la bestia al mismo nivel de los seres humanos, pero sí encontramos esta práctica en todas las religiones paganas.
Por su parte, la infalible Palabra de Dios, La biblia, enseña que El Señor creo al Hombre para gobernar sobre los animales, es decir, los animales no fueron creados a la misma altura que el hombre, sino que para el servicio del hombre.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra…Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” Génesis 1: 26-28
“Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo” Gen. 9:1-3
Evidentemente textos como estos chocan frontalmente con la filosofía animalista; es por esta razón que aquellos que adoran a los animales y los pretenden poner en los altares como objeto de adoración, llegan a la blasfemia de negar la revelación de Dios y lo acusan insolentemente de exterminador de animales, haciendo alusión a los sacrificios en los altares del antiguo testamento.
La biblia enseña que después de la caída del hombre, la alimentación inicialmente basada en frutas y verduras, cambió radicalmente por carne, y para eso, Dios autorizó la utilización de los animales quienes estaban al servicio del hombre. Esa fue la instrucción de Dios a Noé luego de salir del arca.
Fue el propio Señor quien para mostrar mediante figuras y símbolos, utilizó por centurias el sacrificio de animales en los altares que representaban el único y todo suficiente sacrificio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el altar de la cruz del Gólgota. Desde el génesis, aparece la clara figura del animal sacrificado que en tipología habla de aquel sustituto inocente que llevaría los pecados del culpable.
“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” Génesis 3: 21.
Este texto selecto del libro de Génesis infiere el primer sacrificio de una bestia inocente que simbolizaría por las edades siguientes, el sacrificio sustitutorio y redentor de los pecados del hombre. Era la gran lección que determinaba que la paga del pecado es muerte y que sin derramamiento de sangre no se hace remisión de los pecados.
Esa fue la gran enseñanza para Adán y Eva, el hombre y la mujer quienes habían caído en pecado; habían transgredido el carácter santo de Dios. Su hijo Abel aprendió esta divina lección y aún más, la practicó hasta el día de su muerte.
“Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda” Génesis 4: 4
A Abel lo vemos llevando a cabo el culto según la justicia de Dios que reposa en el sacrificio del sustituto inocente. No obstante, aparece el primer animalista de la historia, Caín, quien en lugar de cumplir la ordenanza según las indicaciones de Dios, razonó en su engañoso corazón y decidió torcer el santo mandamiento y revelarse en contra de su Dios. Tal vez, elevó la misma consigna que los neo adoradores de animales erigen hoy en día y prefirió ofrecer el fruto de su esfuerzo con los resultados de la cosecha como ofrenda a Jehová.
“Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová….pero Dios no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” Génesis 4: 3 y 5
Los animalistas niegan rotundamente la actividad sacrificial que el propio Dios soberano estableció. Todas las generaciones temerosas de Dios obedecieron aquel ejercicio cultual el que consistía en el sacrificio de animales inocentes para remisión de los pecados. No hubo otra forma de agradar las demandas de la justicia de Dios, sino a través del sacrificio de animales en el altar. He aquí tenemos el ejemplo de Noé quien según la tradición de sus padres también cumplió las instrucciones dadas desde el comienzo a Adán y Eva.
“Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato” Génesis 8: 20-21
Este pasaje expresa literalmente el agrado de Dios respecto a la ofrenda de animales en el altar del sacrificio. Podríamos hacer mención de un sucesor de Noé que vino a ser el padre de la nación de Israel.
“Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo” Génesis 22:13
Evidencias como estas son los argumentos que los animalistas y veganos utilizan para despreciar a Dios todopoderoso y su infalible Palabra. Esta es la parte preocupante de la filosofía animalista; ya que cada persona puede libremente optar, en su obstinación en contra de Dios, por cualquier idea o escuela de pensamiento que desee; pero la que estamos detallando en particular, está reñida frontalmente con lo que el propio carácter santo de Dios ha determinado desde el principio.
Dios creó solo al hombre de manera tricótoma, es decir, con cuerpo, alma y espíritu. Solo el hombre posee intelecto, sensibilidad moral o sentimientos y voluntad. Los animales, solo tienen aliento de vida. Ellos no tienen alma ni menos espíritu. Los animales son instintivos y carecen de sentimientos.
Los animales carecen de sensibilidad moral. Ellos no distinguen género ni rasgos familiares. Solo los seres humanos podemos hacerlo. Por lo tanto, ¿Cómo un animalista podría justificar que un perro macho se aparee con otro macho o inclusive con su propia progenitora? No obstante, me temo que muchos defensores de bestias, anhelan comportarse como tales, es decir, no reconociendo su género ni asumiendo el valor absoluto de lo bueno o de lo malo. Tal vez ellos piensan que defendiendo esta filosofía panteísta, se entierra a Dios y su Palabra, y su imperativa llamada a abandonar el pecado. Obviamente, el pecado es el que lleva al ser humano a actuar como verdaderas bestias. Por eso es tan necesaria la redención en Cristo Jesús, ya que solo mediante su sacrificio nosotros podemos ser perdonados y redimidos para vida eterna.
“Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales” Judas 10
“Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” 2 Pedro 2:22
“No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen” Mateo 7:6
“…porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica” Santiago 3:15
“Más los perros estarán fuera…” Apocalipsis 22:15
Estos pasajes advierten que los animales son irracionales y que actúan bajo instintos, y del mismo modo un individuo por causa del pecado, puede eventualmente llegar a comportarse como uno de ellos. Esto descarta lo que dicen aquellos neo animalistas de que los animales están a la misma altura que el ser humano, o como lo llamó el fraile Francisco de Asís: “…los hermanos menores”. En esta óptica, lo más sensato es reconocer que el pecado que mora en nosotros sí nos rebaja al mismo nivel de un animal.
Es importante expresar que la biblia no enseña la dieta vegetariana como concepto religioso, místico o vana filosofía. Dios se expresa de manera clara respecto a que algunos animales han sido dados al hombre para su servicio y para su mantenimiento.
“Y tomarás el carnero de las consagraciones, y cocerás su carne en lugar santo. Y Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero, y el pan que estará en el canastillo, a la puerta del tabernáculo de reunión” Éxodo 29:31-32
“Y los cuervos le traían (a Elías) pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo” 1 Reyes 17:6
“Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos” Lucas 22:7-8
“Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos” Lucas 24:41-42
“y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una
voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común” Hechos 10: 11-15
“De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia” 1 Corintios 10:25
Muchos de los animalistas han adoptado por consecuencia la vida vegana, la cual consiste en no alimentarse ni utilizar nada que provenga de la explotación animal. Ellos se abstienen de comer carnes, huevos, leche y derivados, etc. No obstante, a veces los vemos portar correas, carteras o zapatos de cuero de animal, lo que evidencia su propia inconsecuencia.
El hombre en una incesante búsqueda de filosofías que puedan llenar aquel vacío espiritual que solo lo puede ocupar el Creador, ha llegado a extremos de aferrarse a filosofías anticristianas como la que estamos detallando. El veganismo no es solo una dieta “sana” en base a verduras, sino que es una filosofía que confronta insolentemente a Dios todopoderoso y su infalible Palabra. Por lo tanto, ya sabemos quién está detrás de todo esto; el mismísimo satanás.
Han existido casos que pasaron a instancias judiciales por cargos gravísimos , luego de que padres veganos privaron a sus hijos de consumir carnes, aun sabiendo que solo éstas contienen la vitamina B12 que es esencial para el desarrollo neurofisiológico de un ser humano en su fase de crecimiento. Esto me hace recordar la antigua cantinela de los afamados “testigos de Jehova” que insisten en enseñar que la biblia prohíbe la transfusión de sangre, y por consecuencia muchos de aquellos miembros de esta secta religiosa, han perdidos a familiares por negarse a aquel procedimiento médico. Así como la biblia no prohíbe el consumo de carnes y el uso de servicios de los animales para la calidad de vida del ser humano, tampoco prohíbe la transfusión de sangre, el consumo regulado de vino, de jamón, de café, etc.
Pero como bien sabemos, tan igual como todas las sectas que prohíben, exigen, restringen, conceden, excluyen, etc., el veganismo y los animalistas, pretenden, con sus filosofías humanistas, eclipsar la eterna e infalible Palabra de Dios. Ellos han caído en la misma y nefanda actitud de todos aquellos que pensaron que estaban persiguiendo el verdadero y derecho camino, pero lamentablemente su fin era el mismo infierno.
“Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte” Proverbios 14-12
Que la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo le guie y le guarde ante los engaños de los tiempos finales. Que así sea, Amén.
Extraido de la página www.spgchile.org