"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;" 2 Pedro 1:19

martes, 29 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - 4 marcas de una iglesia viva (parte 1)

Para saber cómo es una iglesia viva en el Espíritu, receptiva, dispuesta y abierta a la presencia y el poder del Espíritu Santo, sin duda tenemos que remontarnos al ejemplo que encontramos en las Escrituras, el de la iglesia primitiva o apostólica.  Cuando observamos el proceder de esta iglesia, y cómo el Espíritu Santo obraba en medio de ella, vamos a darnos cuenta de algunas marcas, señales o características que tenía, tomando como base Hechos 2:42-47: 1.Enseñanza apostólica; 2. Comunión y Ayuda Mutua; 3. Adoración, Oración y Reverencia; 4.  Evangelización continua.

1. Enseñanza apostólica.
Luego del discurso de Pedro el día de Pentecostés, los que recibieron el mensaje fueron
bautizados, siendo un total aproximado de 3000 personas, los que se añadieron a los  120 que orando en el aposento alto recibieron el Espíritu Santo.  El Espíritu de Dios, por decirlo así, abrió una escuela ese día.  Los maestros eran los apóstoles que habían sido escogidos por Cristo, y había 3000 estudiantes, que en realidad eran niños de Kinder, recien nacidos en la fe, convertidos y llenos del Espíritu Santo.  Ellos tenían hambre de la verdad, querían estar a los pies de los apóstoles absorviendo sus enseñanzas.  El ser lleno del Espíritu Santo es estar lleno del Espíritu de Verdad, así que no cabe la idea de alguien que diga ser lleno del Espíritu Santo y que no le interese la enseñanza bíblica.
¿Cómo se cuidaba la enseñanza o doctrina apostólica?  Siempre se exhortaba a que los ministros, obispos, ancianos o pastores se fijaran en el orden de la iglesia, y que su fe y su práctica se ajustaran a la enseñanza impartida por los apóstoles (2 Tes. 3:6).
Los ministros eran instruidos y constantemente impulsados a preocuparse de esta tarea, para que la iglesia no se debilitara y no le faltara doctrina.  Se instaba a los ministros a preocuparse de la enseñanza, se les animaba a leer y estudiar diligentemente, y que no dejaran de enseñar y explicar las Escrituras (1 Timoteo 4:13).  Pero no sólo eso, sino que supieran retener la enseñanza en la forma que les había sido entregada, sin cambiarla, sin torcerla ni interpretarla de manera antojadiza (Tito 1:9).
El avivamiento en Chile  “Dos cosas son dignas de especial mención como teniendo alguna relación con el avivamiento del año 1909.  La primera es el tema de los estudios de la Escuela Dominical, y la segunda, los testimonios en las clases experimentales.
En el año 1902, se estudiaba el libro de Los Hechos.  En un estudio de profesores en el principio del año, un hermano dirigió al pastor esta pregunta: ¿Qué impide que nosotros seamos una iglesia como esta iglesia primitiva? El pastor le respondió: “No hay impedimento alguno sino el que esté en nosotros mismos”.  Así que todo el año en la Escuela Dominical esto era nuestro blanco; y todo acto, toda persona, toda manifestación de Dios en las lecciones, se nos presentó como estímulo en esa dirección. 
La segunda cosa andaba muy en consonancia con la primera.  En los testimonios tan prestos, y aún animados, se notaba en muchos una vaguedad que dio origen a una serie de sermones tendientes a aclarar el testimonio del Espíritu a la salvación.  Enseguida, una enseñanza clara y directa sobre la santidad.  La semilla cayó en tierra bien preparada y hubo un avivamiento notable durante el año.” (Extraído del libro “Historia del Avivamiento Pentecostal en Chile”, de W. C. Hoover).
Finalmente, parecen muy oportunas las palabras del autor John Stott: “Una iglesia llena del Espíritu es una iglesia bíblica, una iglesia neo testamentaria, una iglesia apostólica. En ella se enseña las Escrituras. Los padres enseñan la Biblia a los hijos. Los miembros de la iglesia leen y reflexionan sobre las Escrituras todos los días. El Espíritu de Dios dirige a su pueblo a someterse a la Palabra de Dios, y cuando lo hace, esa iglesia se remueve con la presencia del Espíritu Santo.”


2. Comunión y ayuda mutua.
 El amor y el cuidado mutuo entre los creyentes.  La palabra comunión viene del griego Koinonía, y significa lo que tenemos en común, lo que compartimos como creyentes en Cristo. 
Esta palabra podemos verla de dos formas complementarias:
a) compartimos la Gracia de Dios.  El apóstol Juan comienza su primera carta (1 Jn 1:3) diciendo que “nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”  Pablo complementa esto diciendo que tenemos comunión con el Espíritu Santo (2 Corintios 13:14).  Entonces nuestra comunión debe ser trinitaria. 
b)  También tenemos en común lo que damos.  Pablo también usa la palabra koinonía para referirse a una ofrenda que estaban dando las iglesias.  El adjetivo koinónico, significa “generoso”, y en este pasaje, Lucas describe la generosidad de los cristianos primitivos.

Entonces hablamos de una comunión en la fe (creemos lo mismo, compartimos un mismo Dios), y de generosidad, compartimos dando lo que tenemos.  

En este pasaje del libro de los Hechos, en especial se nos habla de la generosidad de los cristianos, que era tal, que en la iglesia no había pobres, porque los que más tenían daban sus posesiones para que vendiéndose, a nadie le faltara.  Esto no tiene nada que ver con el comunismo, donde la doctrina marxista prohibe la propiedad privada, sino que es puro amor cristiano.  Además, no significa que los cristianos quedaban sin posesiones, porque también dice el libro de los Hechos que se reunían en casas.  ¿De quién serían las casas donde se reunían si las hubieran vendido todas?

Eso no nos excusa de ser generosos y de dar cuanto nos sea posible en casos de necesidad.  Ya dejamos de vivir una vida egoísta, ya no vivimos para nosotros, ahora debemos vivir para Cristo.


Una iglesia llena del Espíritu es una iglesia generosa.  La generosidad ha sido siempre una característica del pueblo cristiano, porque nuestro Dios es un Dios generoso.  De hecho, un significado de la palabra Gracia es Generosidad.  Si Él nos da todo de Gracia, si nuestro Padre es generoso, sus hijos también debemos ser generosos. 

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