"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;" 2 Pedro 1:19

miércoles, 23 de septiembre de 2015

UNA IGLESIA VIVA - ¡Andad por el buen camino!

Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. ” Jeremías 6:16


La senda antigua no se trata exclusivamente de formas, sino más bien del camino antiguo y verdadero que Dios trazó para el hombre, el cual se encuentra revelado en su Palabra.  Cada vez que el pueblo de Israel era confrontado con la Ley de Moisés, el Espíritu de Dios quebrantaba sus corazones y encendía en ellos un fuego ardiente que los hacía anhelar esta senda antigua, volverse a Dios, obedecer los mandamientos de Dios.  Cada vez que el pueblo de Dios se apartaba de Él en su corazón, se convertía en idólatra, dejaba la verdadera adoración a su Dios.

Ídolos de la Iglesia hoy:
Éxito : El mundo tiene objetivos muy diferentes a los que Dios le trazó a la Iglesia.  La meta de la Iglesia es el blanco soberano que es Cristo.  Cada creyente debe perfeccionarse en amar a Dios por sobre todo y ser moldeado a la imagen de Cristo.  Este es el verdadero éxito de la Iglesia.  Sin embargo, el mundo ha introducido a su dios Éxito, en la iglesia.  Ahora la iglesia busca tener el lugar de reunión más grande y moderno, tener un nombre llamativo, y atraer multitudes sin importar a costa de qué.  Así que la iglesia exitosa ya no es la que crece en santidad y amor, sino la que tiene el mejor “templo”, una congregación numerosa, músicos y cantantes “de calidad” y un show completo en sus servicios, incluyendo un mensaje “fresco y poderoso”, lo que significa una predicación basada en psicología y metafísica.

Templos : Los lugares de reunión se han convertido en el orgullo de la iglesia, su único lugar de refugio, y finalmente, el único lugar donde Dios actúa.  ¿Cuál es el problema con esto?  Que la Iglesia ha creído que el “templo” es el único lugar donde Dios está, y que saliendo de la puerta del templo, ya Dios no puede vernos o no tiene derecho de supervisar lo que hacemos.  Los cristianos profesantes han dividido su vida en dos: Una religiosa (al interior del “templo”) y una secular (fuera de él). 

Fama o Reconocimiento : Hoy la Iglesia (algunas instituciones u organizaciones cristianas) buscan el ser bien tratados y considerados por las autoridades civiles.  Buscan ser protegidos por leyes de hombres.  Buscan apoyo de las autoridades de turno y la garantía de que los dejarán “practicar su fe” sin problemas.  Con esto, han despreciado el poder de Dios, Su protección, Su respaldo, e ignoran que la persecución, el menosprecio y la burla por causa de Cristo y el Evangelio, son motivo de gozo y gloria de la iglesia.

Cuando el Rey Josías escuchó la lectura del libro de la ley que fue encontrado mientras se limpiaba el templo (2 Reyes 22:10-11), su corazón se quebrantó porque se dio cuenta que su pueblo se había alejado de Dios, había dejado las sendas antiguas, así que inició una reforma.  Muchas cosas cambiaron en Judá a partir de ese bendito momento. 
Un avivamiento sin duda debe pasar por esto, es como un requisito espiritual.  La iglesia que anhela la Presencia de Dios y la vida espiritual, está dispuesta a cambiar y a dejar el pecado, las manchas y las arrugas que ha encontrado en sus vestidos.  A esto llamamos reforma. 

La iglesia es viva y está compuesta por hombres, por ende es susceptible de desviarse.  El reformador francés Juan Calvino, formuló una célebre frase: “Ecclesia Reformata, Semper Reformanda”.  Es una frase en latín que significa que la Iglesia que ha sido reformada siempre debe estar reformándose.  Esto quiere decir que la iglesia requiere continuamente corregir lo que se encuentra errado a la luz de las Escrituras, en cuanto a la fe y a la práctica.  Continuamente los hijos de Dios debemos desear andar por las sendas antiguas.  

La Reforma.
No fueron pocos los que levantaron su voz en contra del pecado que había en medio de la Iglesia Católica Romana desde el siglo XII hasta el XVI, y el clamor fue tomando mayor intensidad hasta que se oyó fuertemente en las paredes de la residencia papal.  Pedro Valdo, John Wyclif, Jan Hus, fueron los primeros que clamaron en las calles y en las iglesias por el pésimo estado espiritual de la Iglesia.  Martin Lutero, Juan Calvino, Ulrico Zwinglio y otros fueron los que sellaron esta historia, llevando una reforma a la iglesia, lo que finalmente dio origen a la Iglesia Protestante. 

Martín Lutero se dio cuenta que la salvación no era por obras sino que por fe en la obra de Jesucristo, oponiéndose firmemente a la venta de indulgencias por parte de la Iglesia Católica.  El 31 de Octubre de 1517 clavó 95 tesis en la puerta de la iglesia alemana de Wittemberg. 
Juan Calvino denunció los excesos y pecados de las autoridades católicas y sobretodo del Papa en su famoso libro “Institución de la Religión Cristiana”. 

Todos ellos fueron perseguidos. Algunos fueron librados, otros murieron quemados en la hoguera. Notable fue la muerte de Jan Hus (cuyo apellido significa “ganso” en checo).  Antes de ser quemado Hus dijo: “Vas a asar un ganso, pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar”.  Esto se suele interpretar como una profecía acerca de Martín Lutero, quien en su escudo de armas tenía un cisne y fue protegido por un príncipe, lo que impidió su muerte.

Juan Calvino enseñaba la Biblia a muchos estudiantes.  Su seminario fue llamado “La Escuela de la Muerte”, ya que muchos de sus estudiantes apenas terminaban sus estudios teológicos en la Academia de Ginebra, eran arrestados y condenados a la hoguera por la Iglesia Católica, acusados de herejía.

Los Reformadores fueron hombres que en su corazón desearon ser fieles a Dios y volver a las Sendas Antiguas, y por causa de eso sufrieron persecución, cárceles y hasta la muerte, cumpliéndose en ellos también las palabras de Cristo: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” (Mateo 24:9).

Preguntas para la reflexión personal.

1.- ¿Siente el deseo de andar en las sendas antiguas, y de hacer la voluntad de Dios? Si lo ha hecho o lo hace aún, ¿Siente el gozo y la satisfacción de estar agradando a Dios?



2.- ¿Existe en Ud. alguna división entre su “vida de iglesia” y el resto de “su vida normal”? ¿Cómo se da cuenta en caso de ser así?



3.- ¿Qué “reformas” o cambios cree que necesita su vida espiritual?


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